Voy a dejar que mi guitarra diga todo lo que yo. No sé decir por mí. O quizá deba esperar a que el insulto del reloj. Acabe de planear mi fin. . Duelen tanto las sonrisas.
Voy a dejar que mi guitarra diga todo lo que yo. No sé decir por mí. O quizá deba esperar a que el insulto del reloj. Acabe de planear mi fin. . Duelen tanto las sonrisas.
Cuéntame, ¿qué harás después que estrenes su cuerpo?. Cuando muera tu traviesa curiosidad. Cuando memorices todos sus recovecos. Y decidas otra vez regresar.